Senado, pieza fundamental de la democracia, afirma la presidenta de la Mesa Directiva
La presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, aseguró que, durante los 200 años de su instalación, esta Cámara del Congreso de la Unión “es una pieza fundamental en el engranaje de nuestra democracia”.
En la inauguración del foro internacional “Diseño Institucional, atribuciones y retos de las Cámaras Altas”, dijo que, las sociedades modernas demandan de instituciones que les representen de mejor manera y se adapten con rapidez a las transformaciones políticas y sociales.
La senadora destacó que, la historia del Senado mexicano es una rica crónica de evolución y adaptación, porque refleja los cambios y desafíos de nuestra sociedad, desde su fundación, en 1824 y su posterior restauración en 1874.
Consideró que la idea de Sebastián Lerdo de Tejada -que asegura que el bicameralismo garantiza un equilibrio de Poder, porque promueve un debate más profundo y reflexivo de las leyes que rigen a las naciones-, está más vigente que nunca.
Muestra de ello, dijo, es que, a principios de la década de los setenta, alrededor de 45 países tenían una Legislatura bicameral y hoy ese número aumentó a 79.
Además, agregó, más de una docena de naciones consideran la creación de un Senado, o ya tomaron la decisión y están en proceso de reestablecer su Cámara Alta, como es el caso de la República de Perú, que lo hará en 2026.
Mencionó que existen tres grandes desafíos que enfrentan las Cámaras Altas en los países del mundo, el primero, es la representación y la legitimidad democrática.
En este sentido, indicó que es esencial que las Cámaras Altas reflejen la diversidad y pluralidad de nuestras sociedades y garanticen que todas las voces se escuchen para que se consideren en el proceso legislativo.
“Segundo, la transparencia y la rendición de cuentas. En un mundo cada vez más conectado e informado es vital que nuestras instituciones sean transparentes en sus acciones y responsables ante las y los ciudadanos a quienes les sirven, la confianza del público en nuestras instituciones es la base de una democracia robusta y es la razón de ser de todo el servicio público”.
Y el último reto, dijo Ana Lilia Rivera, es la cooperación y coordinación interinstitucional. “Enfrentamos desafíos complejos que requieren una respuesta coordinada y efectiva, en diferentes niveles de gobierno y en las diversas ramas del poder, la colaboración y el diálogo constante son esenciales para encontrar soluciones duraderas a problemas como la desigualdad, la injusticia social y el cambio climático”.
Ana Lilia Rivera señaló que este foro permitirá reflexionar sobre el diseño institucional, las atribuciones y los retos que enfrentan las Cámaras Altas alrededor del mundo, lo que representa una oportunidad invaluable para el intercambio de ideas y experiencias, a fin de fortalecer nuestras instituciones y adaptarlas a las necesidades del Siglo XXI.
Insistió que las aportaciones de los expertos, académicos y especialistas en Derecho Constitucional y Ciencia Política enriquecerán la comprensión y proporcionarán nuevas perspectivas para construir Cámaras Altas más fuertes, inclusivas y efectivas que estén a la altura de las oportunidades y retos de nuestro tiempo.
La senadora Beatriz Paredes Rangel, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe, manifestó que el Senado mexicano ha jugado un papel trascendental desde su creación, pues representa a todas las entidades del país, a través del Pacto Federal.
Por su parte, la senadora Patricia Mercado Castro, presidenta de la Comisión de Zonas Metropolitanas y Movilidad, declaró que el desarrollo de los Poderes Legislativos es un tema de interés común, sobre todo porque enfrentamos el reto de construir una democracia moderna, que deje atrás un Siglo XX caracterizado por el autoritarismo y la exclusión de las minorías en la participación política.
“En México, para llegar a la democracia representativa las organizaciones y movimientos sociales tuvieron que alzar la voz en las calles y en los medios de comunicación, tocar puertas de gobiernos y de instituciones para lograr que el Congreso sea la representación plural del pueblo de México”.
Eduardo Alemán, profesor asociado de ciencia política de la Universidad de Houston, opinó que el bicameralismo mejora el sistema de pesos y contrapesos dentro del presidencialismo, porque incrementa las posibilidades de que el Congreso supervise las acciones del Poder Ejecutivo e incentiva al presidente a buscar consensos amplios.
“El Senado, por su parte, funciona de contrapeso al poder de la Cámara Baja y viceversa. Una de las justificaciones clásicas del bicameralismo es que al fragmentar el Poder Legislativo se disminuye la probabilidad de que una Cámara actúe de manera tiránica y limita las arbitrariedades de una mayoría circunstancial”, expresó.